Gerard Bellver se identifica como “una persona que disfruta muchísimo comer”.

Desde niño, saboreaba las creaciones culinarias de su madre, quien, al mismo tiempo, lo introducía a la elaboración de distintos platillos españoles.

A sus 12 años, Gerard y su familia se mudaron a México, país donde encontró fascinación por la culinaria mexicana, especialmente por la comida callejera. Fue a partir de entonces, cuando decidió dedicar su vida a la gastronomía.

 

Al concluir sus estudios de educación media superior, Gerard comenzó sus prácticas profesionales en Tezka del sur, en el Pedregal; en el camino, conoció a los chefs Mikel Alonso y Bruno Oteiza, quienes le abrieron las puertas para cocinar en la embajada de España, en México.

 

Además, Bellver trabajó en el elBulli, del chef catalán Ferran Adrià. Distinguido con tres estrellas por la Guía Michelin, dicho restaurante fue considerado también como el mejor restaurante del mundo en los años 2002, 2006, 2007, 2008 y 2009 por la mundialmente reconocida The World’s 50 Best S. Pellegrino. También trabajó un periodo en el laureado restaurante Arzak en San Sebastián, España, uno de los mejores del mundo a la fecha.

 

En ambos sitios Bellver aprendió de primera mano novedosas técnicas de cocina para crear propuestas únicas que, desde su regreso a México, traslada a cada uno de sus proyectos.

 

En 2006 el chef de origen español fue nuevamente contactado por Mikel Alonso y Bruno Otezia, quienes le propusieron trabajar en Biko, un afamado restaurante en el que participó por más de 10 años.

 

Al lado de este talentoso equipo de chefs, Gerard Bellver también ha dirigido importantes proyectos gastronómicos de cocina española, como los restaurantes Biko, KO.MA y Lur.

 

A finales de 2020, Gerard Bellver decide decir adiós a Grupo Biko y buscar nuevos horizontes para continuar creciendo. Es así como se integra a la cocina de los restaurantes Blanco, de Grupo Carolo, donde ahora ofrece sabores mestizos que fusionarán la cocina europea con la mexicana.

 

“Mi intención es incluir grandes platos de la gastronomía europea, pero vistos a través de un prisma mexicano”, señala el chef. “Me encantaría que Los Blancos se reconozcan como grandes restaurantes de una propuesta gastronómica creativa”.

 

Mientras que en la carta de Blanco Castelar y de Blanco Colima continúan platillos icónicos como los Tacos de lechón, se han añadido otras opciones interesantes como las Tostadas de atún con ponzu de chile ancho; el Robalo con esquites tratados como risotto, y el Short rib con salsa de chipotle y piloncillo.